Esta cuarentena nos ha permitido a mas de uno de los que convivimos en Casa Kayab, darnos cuenta del preciado tiempo que perdemos haciendo tantas tonterías en un día y no saber lo que estamos perdiendo día a día.
El jugar con nuestros hijos como si fuéramos un niño más nos llena de alegría y de pasión por el juego en sí.
Al menos los que somos papas damos gracias a estas circunstancias a la que al menos nosotros le hemos podido encontrar el sentido.