Kayab, la magia Maya en todo su esplendor

Kayab, la magia Maya

Casa Kayab será de esos lugares que marcarán por siempre la niñez de Francisco y la adolescencia de Brisa.

Es que todos los días Mamá (Eliana) ha tomado como costumbre recorrer la playa frente a Casa Kayab en busca de nacimientos de tortugas que en estas épocas del año nacen por cientos aquí en Punta Brava, Puerto Morelos «México».

Cuando el sol se acaba de ocultar y aún la luz natural se resiste a dejar la playa, las tortugas que llevan más de 45 días en su huevo se aventuran a romper el cascarón y emprender una carrera hacia el mar de pocos metros que para muchas de ellas será todo un desafío de supervivencia.

Así es que Francisco y Brisa acompañan a su mamá en esa vuelta y todos los días vuelven con muchas cosas para contar y particularmente Francisco es un desborde de emoción cuando cuenta haber estado rodeado de tortugas y que él creía que se lo llevarían para el mar entre todas y se iría de viaje con ellas valla a saber hasta que continente.

Es sabido que estas tortugas después de 20 años vuelven por aquí a poner sus huevos en estas arenas mexicanas, pero para ello navegan miles y miles de kilómetros por el Atlántico.

“acompañe a muchas tortuguitas hasta llegar al mar y todas corrían como si fuera una carrera”, me cuenta emocionado y haciendo gestos con sus manos demostrando lo grande que todo eso fue para él.

Me estremece ver crecer a mis hijos tan cerca de lo naturalmente simple de la vida…

Las tortugas nacen durante las ultimas horas de la tarde y durante toda la noche para poder evitar la mayoría de los depredadores, sobre todo aéreos, que durante la noche no rondan la playa.

Aún así muchas tortugas quedan atoradas en la arena por cansancio, otras por remolonas y otras por tanta profundidad que muchas veces tiene el nido en la arena entonces se las ayuda a salir y llegar al mar si es de noche pero si las sorprende el amanecer seguro serán el desayuno de grandes pájaros que a tempranas horas vienen a picotear sus pancitas.

El grupo de ecologistas de Puerto Morelos les enseñó que si son horas de amanecer ya deben juntarlas en un recipiente y entregarlas no muy lejos de Casa Kayab donde Don Pedro con mucho respeto las guardará de manera segura hasta el anochecer para entonces sí dejarlas completar su camino seguro hacia su nueva vida marina que junto a cientos de otras tortuguitas iniciaran para volver por aquí cuando Francisco y Brisa seguro repetirán la experiencia con sus propios hijos y nosotros desde algún lugar del mundo recordaremos emocionados tanto como lo estamos hoy.

Gracias Sebastián, gracias Casa Kayab por tan hermosas experiencias en esta etapa de nuestro Sueño en La Nube.

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